Parafraseando la inmortal frase con la que acaba el 'King Kong' de 1933 -"No fueron los aviones, fue la belleza quien mató a la bestia"- no han sido los aviones los que han matado el 'King Kong' de Peter Jackson, ha sido la nostalgia. El director de 'El señor de los anillos' ha hecho con 'King Kong' lo que hace Garci con sus películas, un ejercicio de cinéfilo llorón.
'King Kong', versión 2005, es un cursi, domesticado y almibarado melodrama zoofílico, de una irritante corrección política (se ha eliminado la famosa y perversa escena del mono desnudando a la chica), de excesiva e injustificada duración (de la poco más de hora y media que duraba la original pasamos a más de ¡tres horas!), sólo soportable por las brillantes secuencias de acción que adornan una de las historias de amor peor contadas del cine reciente.
Lo mejor: La lograda ambientación y las secuencias de acción, aderezadas con un notable sentido del humor.
Lo peor: Su empalagoso sentido del melodrama y lo larga y pesada que se hace.
Momentazo: Destacan, por su profusión y espectacularidad, las peleas que acontecen en la isla de la Calavera. Con especial atención al sangriento combate entre Kong y los dinosaurios mientras mantiene a la chica sujeta en una de sus manos. Muy buena.
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