Viendo “Irreversible” no puedo dejar de acordarme del penúltimo escándalo venido de Francia, “Fóllame”. Las dos juegan a lo mismo: provocar al espectador salpicándole la cara con semen y sangre, para después lavarse las chorreantes manos en el pozo, feminista o nihilista, de la coartada intelectual. Y no es que critique la violencia y el sexo explícitos en el cine, lo que si me parece reprochable de “Irreversible” es su falta de sinceridad (debajo de tanto estilo no hay otra cosa que una simple exploit con vengadores justicieros), su discurso moralista (como te drogues y seas infiel a tu novia la van a violar y dejar en coma) y su desesperado afán por llamar la atención de la forma más facilona posible.
Eso sí, a diferencia de la chapucera “Follamé”, la película de Gaspar Noé tiene, aparte de unos actores capaces de hacer algo más que enseñar el culo, varios momentos estética y técnicamente muy conseguidos.
Lo mejor de la peli
1. Mónica Bellucci. A diferencia de Cassel, su interpretación despierta, además de la libido en la fiesta y la compasión cuando es violada, esperanzas sobre su hasta ahora incierto futuro como actriz.
2. Como está contada. A pesar de que a simple vista pueda parecer mera afectación, lo cierto es que el hecho de empezar por el final, de ver las consecuencias antes que los actos, consigue impactar de forma poderosa en el espectador.
Lo peor de la peli
1. Su discurso reaccionario. La ecuación moralista: drogas + infidelidad = novia violada, desfigurada y en coma. ¿Solución? la venganza más descarnada, ¿dónde? en un club gay, ¿violador? uno con pinta de extranjero, ¿cómplice? una prostituta.
2. Vincent Cassel. Ya cansa un poco ver a este actor francés haciendo siempre de lo mismo, de joven impulsivo a punto de partir la cara a alguien (“El odio”, “Los ríos de color púrpura”...).
Momentazos
1. La secuencia de la violación. Agresión física, verbal y psicológica, filmada en tiempo real, con la posterior desfiguración del rostro de la víctima. A pesar de todo, ni esta ni la venganza posterior superan el momento en el que, al fondo y desenfocado, aparece alguien en el túnel donde se está consumando la violación y... se da la vuelta sin hacer nada para evitarlo. Desolador.
2. El gran momento de la película es toda la secuencia que se desarrolla en el club gay Rectum. Rodada con una cámara en perpetuo desequilibrio, en un escenario sórdido y abyecto, el largo plano secuencia culmina con una de las escenas más brutales vistas en una sala de cine por quien esto escribe.
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