
'Brokeback Mountain' lo tiene (casi) todo. Un director inteligente acostumbrado a lidiar con los materiales más diversos ('La tormenta de hielo', 'Sentido y sensibilidad', 'Hulk', 'Tigre y dragón'), dos intérpretes extraordinarios (aunque, de forma injusta, se esté llevando sólo uno de ellos todos los halagos, Heath Ledger) y una historia llena de sensibilidad, ternura y profundidad, con las dosis justas, pero poderosas, de denuncia social.
Un relato de amor imposible, contado en voz baja pero de gran intensidad dramática, dentro de un paisaje lleno de poder metafórico (¿quién no tiene su propio Brokeback Mountain?), que podría haber sido perfecta si, por culpa de un alargamiento de guión (por lo visto el relato en el que está basada se quedaba corto), no acusara una caída en el ritmo, hacia la segunda parte de la película, donde lo poco interesante que se cuenta está unido a una puesta en escena funcional y desabrida, más cercana a un telefilme tipo 'Dallas' que a la gran película que estábamos viendo. Aun así, sin duda, uno de los filmes del año.
Lo mejor de la película
1. Los dos actores. Heath Ledger y Jake Gyllenhaal están sencillamente perfectos.
2. Ang Lee, por demostrar cómo hacer una película de amor homosexual sin caer en estereotipos, corrección política o cursis mariconadas (y pienso en 'Reinas' o 'Tormenta de verano').
Lo peor de la película
Ese bajón que acusa hacia el final de la película, pero que no voy a desvelar por respeto a los que no la han visto.
Momentazo: Todos y cada uno de los que comparten los dos protagonistas en las montañas Brokeback.
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