miércoles, 25 de julio de 2007

TRANSAMERICA

Una película como 'Transamerica' la puedes juzgar desde dos puntos de vista: el ético y el estético, el moral y el artístico, por su contenido (eso que se llama mensaje) y por su forma (cómo ese contenido se hace forma por medio de la puesta en escena).

Desde el primer punto de vista, como ya hemos dicho en el apartado 'Lo más gay', la película es ejemplar, necesaria. Un acercamiento tierno y delicado, dramático pero no solemne ni victimista, divertido pero no paródico, a la transexualidad, o, mejor dicho, a un personaje transexual, ya que la película no pretende ser un retrato universal de la transexualidad.

Desde el punto de vista cinematográfico, como producto artístico, la película no sale tan bien parada (tampoco es que salga mal). 'Transamerica' es una entretenida road movie, que se ve con agrado, y se beneficia del gran trabajo de Felicity Huffman, a quien el director confía (con acierto) todo el peso de la película. Pero, salvo por lo insólito del personaje, no deja de ser un convencional filme de carretera, muy previsible y de una estética indie de lo más vista.

Aunque, a su favor, también hay que decir que su apuesta por la sencillez nos ahorra los excesos melodramáticos y sentimentaloides a los que tanto nos tienen acostumbrado este tipo de películas (véase
'Monster'). Sólo por eso ya merece una oportunidad.

Lo mejor: Felicity Huffman. Sale muy buen parada en su interpretación de un personaje que podía haber dado pie a la más excesiva de las caricaturas.

Lo peor: Su poca ambición dramática y estética. Lo que cuenta nos lo han contado ya mil veces y aquí no se hace mejor.

Momentazo: La aparición de Bree en casa de su familia después de su transformación. Da lugar a multitud de situaciones dramáticas, tiernas y divertidas.

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