martes, 17 de julio de 2007

TROPICAL MALADY


Director: Apichatpong Weerasethakul
Actores: Sakda Kaewbuadee, Banlop Lomnoi, Sirivech Jareonchon
Calificación: 8 /10











"Nuestro deber como seres humanos es convertirnos en amaestradores que mantienen a sus animales bajo control, e incluso enseñarles a realizar tareas ajenas a su bestialidad". Así empieza, con esta cita del escritor japonés Ton Nakajima, 'Tropical Malady', y en ella, como ha reconocido el propio Apichatpong Weerasethakul, está contendida la película entera.

'Tropical Malady' está dividida en dos partes. La primera corresponde al nacimiento del amor entre un soldado y un campesino. Un amor retratado por medio de planos estáticos, contemplativos, de ritmo parsimonioso (a veces de forma algo gratuita y autocomplaciente), inmerso en unos ambientes costumbristas, preferentemente urbanos, y por medio de una narración serena, contada en una voz tan baja como la de los protagonistas.

La segunda parte se convierte en un festival de sensaciones, sobre todo auditivas. Mitología y folclore se unen en un misterioso (y sumamente críptico) viaje al interior de la selva en busca de uno mismo, de su verdadero yo reprimido, adormecido, que terminará con un encuentro de resonancias cósmicas en uno de los planos más impresionantes del cine reciente. Cine para disfrutar emocionalmente y sufrir intelectualmente.

Lo mejor: 1) Su belleza plástica, el exquisito gusto por la composición de Weerasethakul, y su sugestiva banda de sonido. Tan importante es lo que se ve como lo que se oye. 2) La afortunada mezcla entre tradición y modernidad, entre folclore y experimentalismo narrativo.

Lo peor: Su falta de asideros narrativos donde sujetarse. El espectador, sobre todo en la segunda parte, puede perderse fácilmente en esa frondosa selva llena de signos ininteligibles. Los más nerviosos huirán de la sala. Los más pacientes, disfrutarán del misterio y la volverán a ver.

Momentazos
1. El paseo en moto después de la "salvaje" consumación del amor y la posterior desaparición, llena de belleza y misterio, del aldeano engullido por la selva.
2. El encuentro final con el tigre. Un plano lleno de sugerencias y de gran belleza plástica.
3. Las largos planos de los dos sentados en el porche, viendo como, poco a poco, crece el amor entre el soldado y el campesino.

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