UNA CASA EN EL FIN DEL MUNDO

Director: Michael Mayer
Actores: Colin Farrell, Robin Wright Penn, Dallas Roberts
Calificación: 6 /10








Después de ver la excelente adaptación que hizo Stephen Daldry de la novela de Michael Cunningham 'Las horas' (2002), la visión de 'Una casa en el fin del mundo' resulta un poco decepcionante. No porque sea mala, ni mucho menos, pero sí porque no cubre las expectativas generadas, y más teniendo en cuenta que el propio novelista se hizo cargo del guión.

El debutante Michael Mayer aprovecha su formación teatral para demostrar su talento en la dirección de actores, lo mejor de la película; pero, y aquí está el problema, demuestra su inexperiencia en la dirección cinematográfica al realizar una puesta en escena bastante insulsa, poco expresiva y, salvo en contadas ocasiones -como la secuencia final- demasiado funcional.

La película se sostiene, y muy bien, gracias al material literario que utiliza y a las interpretaciones de su trío protagonista (o cuarteto, porque Sissy Spacek está estupenda), pero se echa en falta una mayor enjundia y destreza a la hora de plasmar en imágenes el excelente texto de referencia.

Lo mejor: 1) Los actores, todos excelentes incluyendo el otras veces sobreactuado Colin Farrell, quien supera con solvencia la responsabilidad de dar vida a uno de los grandes personajes creados por la pluma de Cunningham.
2) La película transcurre por tres décadas diferentes. Para ello, además de en la ambientación, el director se apoya en la música. Canciones de Leonard Cohen, Bob Dylan o Patti Smith marcan el paso del tiempo haciendo las delicias de los amantes de la música.

Lo peor: Que la realización no está a la altura del material literario. Salvo ese expresivo plano final, lleno de sugerencias, la puesta en imágenes de la película peca de insustancial y desabrida. Lo que cuenta está demasiando por encima de cómo lo cuenta.

Momentazo: Aparte del ya mencionado final, el momento más impactante de la película es el accidente del hermano del protagonista que no contaré para quien no la haya visto. Un auténtico shock.