martes, 18 de marzo de 2008

VALENTÍN

Existe una cierta tendencia en los 'medios gay' de ser excesivamente indulgente con productos culturales españoles hechos por homosexuales o que hablan del 'mundo gay', como si eso fuera un valor añadido. Una película no es buena o mala porque esté hecha por un director gay o porque incluya personajes homosexuales. Es como decir que Eminem es un mal artista porque es homófobo, cosa que más de uno afirma aunque no tenga nada que ver.

Es el caso de esta película. Su director, Juan Luis Iborra, puede que sea una persona estupenda (no le conozco), un reputado guionista e, incluso, un buen director, pero su película 'Valentín' es muy mala. Iborra, que reconoce su desconocimiento de la técnica cinematográfica, ha rodado de forma plana y funcional un argumento que recuerda demasiado a películas de Kenneth Branagh como 'En lo más crudo del crudo invierno' o 'Los amigos de Peter', así como a 'Doble vida' de Cukor e incluso al cómic de Ralf König 'Yago'. Como pasaba con su anterior película 'Tiempos de azúcar', su tono es sensiblero y cursi, no consiguiendo nunca la emoción que busca transmitir. En parte por una dirección de actores que, como en el caso de Alberto San Juan, deja mucho que desear. Eso sí, normaliza tanto a gays como a lesbianas. Pues estupendo.

Lo mejor de la peli
Iñaki Font. Hay momentos en los que logra transmitir ese encanto irresistible capaz de enamorar hasta heteros cincuentones.

Lo peor de la peli
Sin duda la secuencia en la que, comiendo toda la compañía alrededor de la mesa, la voz en off de cada comensal explica lo que piensan sobre Valentín. Recurso facilón y chapucero, ejemplo perfecto de la incapacidad del director para expresar sentimientos a través de imágenes.

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