
La única pega es que el guión no daba para demasiado, y el sabor de boca final es algo agridulce. Y más si, como es mi caso, esperaba un nuevo impacto como el que me provocó la aterradora y desasosegante “Seven”. Pese a todo, es altamente recomendable.
Lo mejor de la peli
1. La atmósfera. El clima de tensión que consigue crear. A base de una iluminación tenue y unos largos y serpenteantes planos.
2. Jodie Foster. Perfecta y creíble en su papel de madre atrapada que lucha por su hija. Además, no sabemos si por su embarazo, sale realmente guapa.
3. Los títulos de créditos. Como es habitual en las pelis de Fincher, sus títulos de crédito crean escuela. Aquí aparecen incrustados de forma digital en varios edificios neoyorquinos.
Lo peor de la película
El guión. A pesar de ser efectivo y de tener una buena idea inicial, carece de la suficiente originalidad y cae fácilmente en los estereotipos tan comunes del cine peor cine comercial yanqui.
Momentazos
Sin duda el mejor momento de la película es el espectacular plano-secuencia con los ladrones entrando en la casa. Todo un virtuosismo técnico al servicio de la intriga.
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