lunes, 5 de noviembre de 2007

EL MERCADER DE VENECIA

Como ya dijimos a propósito de 'A good woman', la estupenda adaptación de 'El abanico de Lady Windermere', estropear un texto, en este caso, como el de Shakespeare, es casi imposible. ¡Si hasta el histriónico Mel Gibson hizo un buen Hamlet! Partiendo de este hecho, si ese infalible ingrediente principal lo sazonas con una buena ambientación y unos competentes intérpretes, el plato saldrá, como mínimo, comestible.

'El mercader de Venecia' se puede comer, no indigesta, pero no es una exquisitez. Primero porque, para mi gusto, no es una de las mejores obras de Shakespeare. A pesar de contar con uno de sus mejores personajes, el atormentado prestamista Shylock, creo que su indefinida mezcla de comedia y drama no le beneficia, así como aspectos de la obra, como lo de los cofres, que se han vuelto previsibles y algo pasados de moda: ¿alguien no sabía cuál era el correcto? Segundo porque, salvo Pacino, los demás intérpretes están correctos, sin más. Y tercero, porque la dirección, salvo momentos como el juicio, no pasa de funcional. Una académica ilustración de un texto sin mucho que aportar, arriesgar, en cuanto a la puesta en escena.

Lo mejor: Al Pacino. Sólo por su interpretación merece la pena ver la película

Lo peor: Su corrección académica que, me temo, esconde o pereza o falta de talento por parte del director.

Momentazo: El gran momento de la película es la secuencia del juicio, una obra maestra del suspense y auténtico precedente del subgénero del cine de juicios.

CUATRO HERMANOS

Cuatro hermanos, cuatro estereotipos: el impulsivo y carismático Bobby (Mark Wahlberg), el fiel y seductor Angel (Tyrese Gibson), el redimido padre de familia Jeremiah (André Benjamin) y el sensible hermano pequeño gay Jack (Garrett Hedlund). Y la madre (Teresa de Detroit) y el policía (que se crió en esas calles) y el mafioso (psicótico y hortera)... Todo en esta película es reiterativo, todo lo hemos visto muchas veces, todos nos suena.

Lo que eleva a 'Cuatro hermanos' por encima de la media, lo que le permite mirar desde arriba a las decenas de thrillers de acción convencionales e insustanciales que se estrenan cada año, es su vigor narrativo, su calculado ritmo, su excelente montaje, que hace que el interés del espectador por la historia, a pesar de sus evidentes deficiencias, no decaiga en ningún momento. Entretenida, sin más.

Lo mejor: Que está muy bien contada, aunque lo que cuenta interese bastante poco: la enésima historia de venganza sin nada nuevo que aportar.

Lo peoR: Personajes unidimensionales, estereotipados y mal escritos inmersos en una historia convencional, repetitiva y de rancio discurso (el típico ojo por ojo tan del gusto de los norteamericanos o ese sentido mafioso del sindicalismo).

Momentazos: El ataque sorpresa al hermano pequeño. Vibrante, contundente y emocionante.

EL SECRETO DE LOS HERMANOS GRIMM

Como ocurre en la mayoría de las películas de Terry Gilliam, en 'El secreto de los hermanos Grimm' la desbordante imaginería visual está muy por encima de la historia narrada, la forma domina sobre el fondo, devorándolo y casi anulándolo. El guión es ingenioso: dos escritores de cuentos que viven del cuento, representando cuentos y que acaban inmersos en un cuento de verdad; pero la historia se diluye entre bajones de ritmo, humor bobalicón y barroquismo visual. Conclusión: un aburrimiento deslumbrante.

Lo mejor: Su belleza estética y el buen ritmo de la última media hora de película.

Lo peor: Que tanta exuberancia visual acaba por empachar más que una película de Peter Greenaway.

Momentazos: La hermosa y espectacular muerte de la reina del espejo y la captura de la niña Sasha, cómo se queda sin cara y emerge del río cual Ofelia prerrafaelista.

LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS

Como la espléndida 'Mi vida sin mí', la nueva película de Isabel Coixet es un drama intimista, contado en voz baja, sobre el peso del pasado, las heridas físicas y psicológicas, la búsqueda de la paz en un mundo hostil y sobre el inmenso poder del amor. Un buen guión, unos estupendos interpretes, una banda sonora llena de inmensas canciones (Antony and the Johnsons, Tom Waits). Entonces... ¿por qué 'La vida secreta de las palabras' no funciona? ¿por qué no llega al espectador con la misma intensidad que su anterior película, incluso como en 'Cosas que nunca te dije'?

Cuando lo tienes todo a favor para hacer una buena película, incluido medios (detrás está la productora de Almodóvar, El Deseo), y ésta no funciona, hay que achacarlo a la dirección. Coixet no ha sabido sacar partido a todo ese potencial, no ha podido transmitir al espectador -o por lo menos a mí- la intensidad emocional que pretendía contando esta historia. Yo me quedé fuera, observando desde muy lejos una historia que no me llegaba, viendo un dramón sin echar una lágrima, como el que ve una comedia y no se ríe. En definitiva, una película con mejores intenciones que resultados.

Lo mejor: Los actores, sobre todo la pareja protagonista.

Lo peor: Cuando uno escucha este diálogo (cito de memoria): 'un día empezaré a llorar y no podré parar, llenando mi habitación donde nos ahogaremos' -dice ella- 'prometo aprender a nadar' -dice él-, y no se le llenan los ojos de lágrimas, es que algo falla, en la película o en mi.

Momentazo: Las palabras dichas y no dichas entre el personaje de Tim Robbins y el de Sarah Polley mientras éste está convaleciente y ella le cuida. Lo mejor de la película.

JUEGOS DE MUJER

'Juegos de mujer' es un drama romántico con trasfondo bélico que, según su propio director, remite a las películas de David Lean ('Doctor Zhivago', 'Lawrence de Arabia'). Pero una cosa son las intenciones y otras los resultados. 'Juegos de mujer' está más cerca de un telefilme de lujo que de 'La hija de Ryan'. Es un melodrama bien interpretado, ambientado y narrado, pero lastrado por un guión lleno de tópicos y, lo que es peor, demasiado previsible. ¿Alguien no sabía las verdaderas intenciones del personaje interpretado por Charlize Theron?

Rodada con corrección, sentido del ritmo y una puesta en escena solvente, la película no emociona como pretende pero tampoco aburre, que ya es algo.

Lo mejor: Que funciona bien como entretenimiento. No se hace pesada a pesar de su larga duración.

Lo peor: La debilidad del guión.

Momentazo: El recuentro tras la guerra de España. Como ella le mira con alegría pero, consciente de papel que está jugando en secreto, prefiere sacrificarse y pasar de largo. Sutil y emocionante.