martes, 26 de febrero de 2008

REENCARNACIÓN (BIRTH)

Al igual que hicimos a propósito de '¡Olvídate de mi!' (no por casualidad de la misma distribuidora) hay que hacer una advertencia: 'Reencarnación', cuyo título original 'Birth' (Nacimiento) es mucho más exacto, no es, como se está promocionando, una película de terror sobre el tema de las reencarnaciones. Nada de eso. La nueva película del director de la estupenda 'Sexy Beast' es, sobre todo, una extraña, misteriosa y conmovedora historia de amor, y una de las mejores películas estrenadas en lo que va de año.

Deliberadamente ambigua, 'Reencarnación' es de esas películas que dan para hablar horas y horas después de verla. De ella se pueden hacer varias interpretaciones, desde la más realista a la más fantástica, de la más prosaica a la más poética. Las admite todas.

Esa riqueza argumental está amplificada por la excelente labor de sus interpretes (atención a los primeros planos de Nicole Kidman), del director de fotografía (que llena la película de mortuorios claroscuros) y del realizador Jonathan Glazer, que imprime a la historia un ritmo pausado y cadencioso, a través de unos elegantes movimientos de cámara y una visión melancólica y fúnebre de la invernal ciudad de Nueva York. Por como ha sido recibida, estamos ante una incomprendida obra maestra.

Lo mejor: Que con un argumento que parece una segunda parte de 'Ghost' hayan conseguido hacer esta romántica, melancólica y conmovedora historia de amor metafísico.

Lo peor: La incomprensión con la que está siendo recibida.

Momentazo: El final de la película. Triste, intenso y que da lugar a muchas interpretaciones.

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