jueves, 2 de septiembre de 2010

HABITACIÓN EN ROMA

Director: Julio Medem
Actores : Elena Anaya, Natasha Yarovenko, Enrico Lo Verso, Najwa Nimri
Calificación: 3 /10

Cuando parecía que 'Caótica Ana' había marcado el punto más bajo de la filmografía de Julio Medem, 'Habitación en Roma' nos demuestra que no, que se podía hacer aún peor. Lejos de recuperase, este remake de la película chilena 'En la cama' constata una triste realidad: el bache creativo del realizador vasco parece más hondo y duradero de lo esperado. Además, favorece una teoría: ¿no será que la música de Alberto Iglesias era tan importante en sus filmes que su ausencia desde 'Lucía y el sexo' ha puesto en evidencia sus carencias como realizador?

El creador de obras maestras del reciente cine español como 'Vacas', 'Tierra' o 'Los amantes del Círculo Polar', poseedor de una poética muy personal y sugerente, ha llegado a un punto en que parece una caricatura de si mismo. 'Habitación en Roma' está más cerca de una parodia a lo muchachada nui que de las cuatro primeras películas de Medem.

Cursi, afectada, tediosa... A pesar del esfuerzo de las actrices, de su incuestionable entrega, Medem es incapaz de transmitir la emoción de la que se supone es una historia de amor arrebatadora, única, bigger than life. Y tampoco vale la coartada del lesbianismo (la original era una relación hetero) para justificar la propuesta ni esconderse tras ella. Cualquier asiduo/a a festivales de cine gay/lésbico sabe la cantidad de películas que tratan la homosexualidad de forma sincera y explícita. A estas alturas, jugar la baza del compromiso lgtb no cuela.

Afortunadamente 'Habitación en Roma' (por cierto, imprescindible la versión original por la cantidad de lenguas que se hablan) también marcará un punto de inflexión en su carrera. Con su nuevo proyecto, la tragedia griega 'Pericles y Aspasia', Medem intentará volver a situarse como uno de los realizadores españoles más importantes del cine reciente.

Lo mejor: El arranque y el final de la película, con esa vista cenital desde la habitación.

Lo peor: Las (innecesarias) apariciones del camarero.

Momentazo: En este caso negativo. La (sonrojante) secuencia de la flecha. O como hacer poesía barata sin pudor alguno.

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