
Lo malo es que, en este caso, a Oliver Stone no le ha salido bien. Su lisérgica visión de la vida de Alejandro Magno es ampulosa y excesiva, innecesariamente larga, con graves defectos de ritmo, con una caracterización de personajes esquemática y caricaturesca (la pérfida Olimpia y sus serpientes) y una puesta escena grandilocuente llena de efectos de montaje que, lejos de aportar algo, perjudican gravemente la fluidez de la narración. Aplaudir, sin embargo, su espectacular diseño de producción y alguna secuencia aislada como la batalla contra los elefantes.
Lo mejor: Lo poco convencional de la propuesta; el director se desmarca del biopic épico al uso ofreciéndonos 'otra cosa'.
Lo peor Que esa 'otra cosa' no funciona. Hay un abismo entre sus pretensiones y sus logros reales.
Momentazo: La alucinada, alucinante y alucinógena secuencia de la batalla contra los elefantes. Es tan excesiva como atractiva.
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