
Lo mejor: 1) La extraordinaria interpretación de la pareja protagonista. 2) Esa admirable capacidad que tiene Sofía Coppola para crear imágenes de gran fuerza poética sostenidas siempre por una acertadísima banda sonora. No por casualidad está considerada una de las directoras más cool del cine actual.
Lo peor: La sensación de haberse quedado a medio camino y no haber llegado a la intensidad de otros 'breves encuentros' del calibre de 'Los puentes de Madison' o 'Deseando amar'.
Momentazos: Todos los que se derivan del choque cultural entre un resignado Bill Murray y los habitantes de Tokio. Divertidísimos.
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