¿Es posible hacer una mala película con un texto como el de 'El abanico de Lady Windermere'? Yo creo que no, basta con contar con unos actores solventes, un director competente y... ya está, lo demás lo pone la mente privilegiada de Wilde. Los grandes momentos de la película pertenecen a él, a sus brillantes e incisivos diálogos, a su elegante sentido de la comedia y a su romanticismo exacerbado. Una delicia para la vista y, sobre todo, los oídos.
Lo mejor: la humildad del director para no estar nunca por encima del texto sino en función del mismo.
Lo peor: que a veces esa humildad se convierte en perezosa funcionalidad.
Momentazo: La sutil y seductora forma que tiene Lady Erlynne de 'entrar' a Lord Windermere, explicando el lenguaje amatorio del abanico.
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