Después de la divertida 'A mi madre le gustan las mujeres' esperábamos mucho de la segunda película de esta pareja de directoras y guionistas. Pero el resultado está muy por debajo de las expectativas creadas y, por supuesto, de su primera película. Su intento de hacer una comedia de enredo, elegante y dinámica, con un regusto a clásico (a screwball comedy y slapstick), fracasa por culpa de un guión previsible, lleno de situaciones forzadas y trucos demasiado evidentes (cf. la sorpresa de para quién es el hijo o el equívoco final), y por una pareja de actores muy deficientes (ella) o muy mal dirigidos (él), y con menos química que Hayden Christensen y Natalie Portman en 'Star Wars'.
Lo mejor de la película
El trabajo de dirección artística (logra transformar las calles de Madrid en algo así como 'Los paraguas de Cherburgo') y las secuencias protagonizadas entre el padre (Héctor Alterio) y el hijo (Ernesto).
Lo peor de la película
Aparte del guión, la película se ve lastrada por la interpretación de la pareja protagonista. A Leticia Dolera su doble papel le viene muy grande y Ernesto Alterio está excesivamente sobreactuado (esos tics con los dedos a lo Mr Bean.), sacando su de sobra demostrada vis cómica en muy contadas ocasiones.
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