
Es de agradecer que el peso de las situaciones cómicas no recaiga en la típica 'loca graciosa' al estilo de 'Perdona bonita...' y que surjan del conflicto dramático de la historia y de unos diálogos muy bien elaborados. Como es habitual en el cine de su autor, funcionan mejor los elementos de comedia (impagable esa pareja almodovariana formada por la portera y su hija) que los dramáticos, sobre todo en la parte final.
Lo mejor: 1) La química entre los dos protagonistas: el actor José Luis García Pérez y el niño David Castillo. De su relación surgen los mejores momentos de la película.
2) La habilidad del director para introducir temas 'polémicos' como la droga, la prostitución masculina, la adopción gay, el Sida o los aspectos más sórdidos del 'ambiente', de forma natural, sin innecesarios subrayados que los desvirtúen.
Lo peor: El escaso nivel interpretativo de algunos actores (entre ellos Elvira Lindo) y un final algo tramposo y complaciente.
Momentazo: La secuencia con la que se abre la película. Una escena de sexo explícito gay muy poco habitual dentro del cine comercial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario